jueves, 1 de diciembre de 2005

Tropezones mediáticos / I: el M. V. N. I.

Leo que el Vaticano (inagotable fuente de perplejidad) ha tomado la determinación (oficial) de no admitir en el sacerdocio a "aquellos que practican la homosexualidad" o que "son cercanos a la llamada cultura gay". Son indulgentes, como cabía esperar, con aquellos locuelos que sólo han padecido una "adolescencia incompleta", siempre que demuestren haber superado sus tendencias al menos tres años antes de la ordenación diaconal. De modo que ya sabéis: si esa es vuestra tendencia (me refiero a la sexual) y aquélla vuestra vocación (me refiero al sacerdocio), id pensando en otras posibilidades, como por ejemplo ingresar en los Royal Marines de Su Majestad, que parece que entienden (en sus ritos iniciáticos pelean juguetonamente desnudos y cubiertos de barro). Aunque no es éste el único asunto en el que trabaja este productivísimo papado: como han cerrado el limbo (un garito muy de moda en el Más Allá, que según San Agustín estaba un poquito mejor que el infierno pero con el mismo garrafón), una Comisión Teológica Internacional reflexiona sobre la suerte de los niños muertos sin bautizar, que antes iban por allí, de botellón. Ahora no pueden: cierto que no han tenido tiempo de cometer ningún pecado, pero está el Pecado Original, la Gran Culpa Colectiva Hereditaria o Hipoteca de Adán. Y esa es una situación incómoda, como la nacionalidad del niño que nace en pleno vuelo sobre el Ampurdán a bordo del Iberia-309 Múnich-Tenerife, sólo que comprometiendo todo el Diseño de Salvación Universal de Dios, que no es una broma redactada en cuatro días como el Estatut, hombre. Claro que también es mala suerte nacer en, digamos, Guatemala, mientras un huracán con nombre de pija está arrasando tu choza, morir, llegar al limbo (que ya en sí mismo suena algo precario y como de paso), y que te digan:
- Está chapado.
Como véis, en estas aparentes sutilezas teológicas se dirimen cuestiones de la mayor importancia. Quien lo dude, deténgase a reflexionar sobre la noticia del día: todo un aviso para escépticos, por no decir un milagro. Nunca nadie que no fuera el torero había mirado tan de frente a la muerte en una plaza (claro que tampoco nadie había salido de ella volando y con una luxación en un dedo por toda consecuencia): no es un pájaro, ni un avión, sino el Mariano Volador No Identificado.
Continuará.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

...Interesantes reflexiones. Hace años tuve una novia que afirmaba que en el Purgatorio había una cervecería. Si por purgatorio entendía lo putas que las pasé con ella, tenía razón, porque nos pasabamos el día de copas. Luego estaba aquella famosa canción, "Hell ain´t such a bad place to be", creo que era de los hermanos Young. Y, en todo caso, si la mater romana prohibe el limbo (por prohibir que no quede) es que algo regocijante debía tener. Me falta alguien que me cuente algún detalle cachondo sobre el cielo, casi todos los chistes hablan de las puertas, en realidad. Y ya se sabe que los porteros sin excepción, igual que los taxistas son seres tan irredimiblemente HIJOS DE PUTA que no son admitidos dentro de ninguna de las cuatro posibilidades citadas.
Podeis achacar esta parrafada un tanto inconexa a que estoy releyendo Moby Dick, y es duro, es duro, hermanos. Uno sale a la calle cojeando y dispuesto a soltarle una empanada biblico-bestial al primer medio colega que tenga la desgracia de pasar por allí.
Por otro lado esa era ya mi tendencia natural. La nobleza de campo, es lo que tiene.

Mis más sinceras felicitaciones por la puesta en marcha de este cuaderno de bitácora. Que los vientos sean propicios y las ballenas clementes.

Por cierto, si quereis rallaros el cerebro un poco más podeis comprar el Ruta 66 de este mes donde sale un infumable artículo mío sobre Hüsker Dü de ¡DIEZ PÁGINAS! ¡Toma ya Melville a la vena!!! No me ha quedado muy allá, pero la entrevista con Grant Hart tiene su gracia, y viene también un artículo chulo sobre el Dios PECKIMPAH.

Basta ya. Saludos, hermanos.
Silentium Post Clamores.

Pablo dijo...

Saludos, Príncipe del Orujo y las Tinieblas. Encantados de su presencia en esta humilde bitácora. Ahora mismo no recuerdo ningún chiste sobre el cielo (bueno, sí: el de San Pedro y San José cazando por allí, con su escopeta y su canana:
S. PEDRO: ...espera, pepe, que es el espíritu san...
TÁÑUN TÁÑUN TÁÑUN
S. JOSÉ: ...Hay cosas que nunca se olvidan...)

Intentaremos ocuparnos debidamente de sus sugerentes artículos terminales. Salud.