viernes, 27 de enero de 2006

Baudrillardiana




Simulation is no longer that of a territory, a referential being or a substance. It is the generation by models of a real without origin or reality: a hyperreal.
Jean Baudrillard, Simulacra and simulation (1981)

¿Cuánta gente podría romper con el principio de realidad? ¿Cuántos podrían creer en algo que sabían intelectualmente que era una ilusión?
Philip K. Dick, Simulacra (1969)

La realidad es una ficción aparente.

Del spot televisivo de la PlayStation 2 (2005)

7 comentarios:

Anónimo dijo...

Lo que me voy a reir yo cuando todo se sepa....

Pablo dijo...

Bienvenida a La Marmitácora,querida Anna. Todo lo que nos haga reír habrá de ser bueno. Aprovecho una vez más para animarte a inaugurar ese blog que todos esperamos, con sus entradas sobre teorías conspiratorias y otras metáforas (?) contemporáneas.
Y aprovecho también para incluir el link a la interesante página de Jon Haddock, el autor de los screenshots utilizados en la entrada (que está muy feo no citar las fuentes, en Internet y en la calle).

raúl solera dijo...

Dios mío pejblg este haddock está un poco enfermo...

...y tú eres un poeta.

Pablo dijo...

Gracias, Raúl; aunque desde luego no soy el único que piensa que las bitácoras no están reñidas con el lirismo.

Gskinner dijo...

Me encanta este anuncio. Y yo me pregunto ¿Habrá alguna diferencia entre "la realidad es una ficción aparente" o "la ficción es una realidad aparente"?

Pablo dijo...

Pues parece que lo que sugiere el concepto de simulacro es eso precisamente, que no hay diferencia (la ficción -el simulacro- es una realidad por derecho propio, es para nosotros más real que lo real...hasta tal punto que a veces frente a lo real tenemos esa misma sensación de extrañeza e irrealidad que el anuncio atrapa de maravilla).
Como en otra película que tantísimo debe por cierto a Baudrillard. Ahí tengo otro post pendiente...

Anónimo dijo...

Hilando con la sensación de fondo de la que hablais, otro tema sugerente es: ¿el pasado existe fuera del recuerdo? Y en tanto que los recuerdos pueden ser inventados o remezclados (véase a Homer Simpson con brazos de Popeye en esa fiesta en que se mama y hace el ridículo delante de todo el vecindario), ¿ese pasado es realidad? Pensemos que, hasta que nadie te dice lo contrario, los recuerdos de uno son absolutamente ciertos para él, ergo realidad. ¿O no? ¿O sí? ¿O yo qué coño sé?
La realidad es una ficción aparente, sobre todo después de doce birras. No hay cuchara, Pejblg… Saludos.