Tropezones mediáticos / III: inocente, inocente
Vaya si nos hemos reído esta semana con la broma al presidente electo de Bolivia. No ha llegado el día veintiocho y ya nos duelen las meninges de puro descojone. Frente al extendido tópico según el cual la derecha carece de sentido del humor, podría esgrimirse una interminable colección de links que son para partirse vivos; pero, para saber de qué lado del espectro político está la risa, al lector avezado le basta con asomarse a la fina ironía de unas declaraciones por aquí, o al desenfadado gracejo de un artículo por allá. Es entre esas dos modalidades humorísticas donde hay que ubicar el cachondeo con el indiecito (no olvidemos que el vacile telefónico no es un género fácil de cultivar: yo mismo lo pude comprobar cuando tenía trece años y me dejaban sólo en casa con un amiguito y una botella de dos litros de coca-cola), genial ocurrencia que lleva el sello inconfundible de Federico: el espíritu irreverente y zumbón del periodista insobornable que no se deja amedrentar por el acoso de cuatro resentidos.
Otro tipo de diversión muy distinto -que nadie piense que establezco perversas conexiones- consiste, por ejemplo, en prender fuego a un mendigo en un cajero automático. Es la clase de noticia que así a primera vista nos desconcierta, sobre todo cuando leemos que los autores son unos chavales "de clase media, gente normal". La gente normal, en virtud del más impecable de los razonamientos, es por tanto aquella cuyos retoños queman mendigos para divertirse; pero de acuerdo con esta misma lógica no es en la gente normal donde hay que buscar las causas de este tipo de conductas. Como todo el mundo sabe, estos comportamientos eran antes producto del rock y la televisión; y hoy lo son del rock y los videojuegos. Para acabar con ellos, entonces, bastaría con que la gente normal vigilara con cuidado el consumo cultural de sus muchachos. Habría que evitar, por ejemplo, que escucharan a grupos de este tipo, y al mismo tiempo desplazar los videojuegos megaviolentos en favor de propuestas como Apilador, donde el jugador interactúa en primera persona con un entorno libre de conflictos, porque sólo hay cajas de cartón, marrones y homogéneas; además, mientras nos divertimos adquirimos las valiosas habilidades de un reponedor de Alcampo. Bloqueadas estas dos vías de agua, los chavales se abalanzarán sobre la cultura clásica. No habrá quien les quite de las manos a Homero, y aprenderán de memoria episodios de la mitología griega.
Como el de Cronos, por ejemplo. Cronos castró a su padre, que probablemente era un dios muy normal. Con una hoz.
Como el de Cronos, por ejemplo. Cronos castró a su padre, que probablemente era un dios muy normal. Con una hoz.
10 comentarios:
Hola, hermano. ¿Qué tal todo? Aprovecho para felicitarte las navidades a ti y a la familia. Con respecto a lo del indio, la verdad es que me ha parecido más o menos igual de descojonante que cuando se lo hicieron a Fidel Castro. Por otro lado no deja de dar una perspectiva bastante clara de ese ente que aquí se ha venido llamando "república bananera", es decir, ese lugar donde para hablar por teléfono con el presi lo único que hay que hacer es llamar desde una cabina y pedir que te lo pasen. ¿Qué de parte de quién? Soy Winston Churchill, coño, me pongan con el jefe de una puta vez... en fin.
Por otro lado, creo que deberíais definir de una vez que es lo que le pedís a la Santa Madre Iglesia. ¿Seriedad, cachondeo? Yo no le pido nada, y así me va bastante bien.
Salud y felices fiestas, Lord of Darkness.
No creo que se le puedan pedir muchos filtros al presidente electo boliviano unas horas después de conocer los resultados, pero en cualquier caso sería desviar la atención del punto en el que la supuesta guasa quizá roza la ilegalidad, por aquello de la usurpación de funciones públicas o como quiera que se llame la figura jurídica pertinente, tú sabrás más del tema.
En cuanto a la Iglesia, no quisiera convertirla en una obsesión recurrente de esta bitácora pero reconozcamos que a veces es un yacimiento humorístico demasiado tentador. Y -dadas mis creencias- yo tampoco le pido nada, salvo cuando trata de intervenir (y no meramente opinar) sobre ámbitos que, bajo mi punto de vista, ya cuentan con sus propios actores e instituciones para reformarse o autodestruirse (la educación, los matrimonios homosexuales, la teoría de la evolución o las relaciones diplomáticas con Bolivia). Por otra parte, el blanco del post no es en este caso tanto la Iglesia como ese púlpito radiofónico reaccionario-desmadrado.
No deja de sorprenderme la gran astucia con la que el PP utiliza la retórica del humor. La férrea disciplina de partido con la que sus dirigentes se han aprestado a precisar que lo del bobo solemne no iba por nadie en particular me asombra, máxime fuera del 28 de diciembre o de los payasos de la tele; decido pues apuntarme a la estrategia de tirar la piedra y esconder la mano (que es de lo que en última instancia va todo esto, aunque carezca de denominación propia dentro de las falacias retóricas) y dejo aquí mi perla, que de ser yo un cargo electo hubiera utilizado como respuesta (y es por esto que no aspiro a participar en procesos electorales): me cago en toda su puta madre. Obsérvese que ese “su” no apunta a nadie, con lo que la intachabilidad de mis palabras está a salvo.
Y es que desde que Trillo regaló un euro a una periodista por sus pensamientos, la tira de precios intelectuales del mundo político se deprecia céntimo a céntimo. Sintiéndolo mucho, al igual que no espero que Eva Hache rija los destinos de los españoles, les agradecería a nuestros gestores nacionales que no practicaran el intrusismo profesional.
En efecto, esto tiene que parar. Porque ni Eva Hache ni Buenafuente -por no hablar ya de Los Morancos- pueden hacer nada frente a tanta competencia desleal, mucho menos desde el horario desplazado de sus late night shows mientras los otros cuentan con las audiencias masivas de todos los espacios informativos de todos los medios para difundir sus chascarrillos.
Así que me sumo al castizo juramento de replicante. Y con el mismo tacto, sin señalar a nadie en particular, por más que me venga a la cabeza la persistente imagen de Zaplana.
Ciertamente algo hay en Zaplana que invita a arrancarle la lengua y metérsela en el culo (sigo con la diplomacia, a ver si consigo llamar la atención de la CIA para sentirme más importante); tiene ese nosequé de señorito de pueblo que agita el esternón y lo pone a empujar la base del estómago para hacerle a uno arrojar. No obstante, el maravilloso Telemadrid (con su voceras oficial Germán Yanke, cuyas combinaciones camisa corbata merecerían un detallado estudio; más competencia desleal, subrepticia, a los humoristas del late night) están creando el nuevo monstruo de la política española, Esperanza Aguirre. ¿Quién nos iba a decir, tanto como nos reímos de ella y sus presuntas declaraciones sobre la escritora Sara Mago, que la veríamos saltando sobre el mar junto al barco, presta al delfinato? ¿Quién iba a pensar que sería ella la que le reventaría el primer telediario a Gabilondo? O dicho de otra forma, ¿cómo vaticinar que le saldría un cerebro, puede que no de excesiva astucia, pero suficiente para significarse de forma señera en el reparto de leña al monkey?
Total, que como se le ocurra volver a mi mito erótico favorito, María Teresa Sáez (alias el teleñeco viviente), se le jode el chiringuito a Eva Hache y su programa de telerrealidad. Por cierto, ¿soy el único que sospecha que esta gran comunicadora tiene un punto de atractivo que sólo su cómica gesticulación le impide desarrollar? (Me refiero a Eva H, no a Sáez; soy un tarado, no un psicópata…)
Replicante dada tu naturaleza "extrahumana" no me extraña que seas capaz de verle el atractivo a Eva H, o incluso al coño de la bernarda, por continuar con tu línea diplomática y ya que ha pasado el horario infantil, allá cada uno con sus parafilias.
Por otra parte estos asuntos mejor tratarlos con humor, porque sino aburren y veo que esa es la línea que has seguido p, sin embargo ya hasta eso me aburre y prefiero aprovechar este foro para avisarte de que se os ha escapado un cántabro por madrid y anda haciendo de las suyas, si, otra vez, me temo.
Aprovecho para saludar a mi papá y a mi mamá y para desearos feliz año a tí pablo y replicante y al lord of...
Yo no le veo el punto a Eva Hache, francamente. Ni siquiera cuando es citada junto a María Teresa Sáez -cuya contigüidad visual podría actuar en beneficio de cualquiera-, es que la encuentro -a la Hache- todo ojos y boca y como que me da miedo, oye.
Y esto me hace pensar en la incontrolable tendencia de los comentarios a esquivar cualquier centro: sólo una fenomenal dispersión semiótica permite desplazarse desde la broma de la COPE a Evo Morales hasta el discutido atractivo de Eva Hache, pasando por Winston Churchill y Germán Yanke. Asombroso.
A lo mejor va a tener razón Raúl (como aquella vez, con esos chupitos de color verde) y convenía de vez en cuando aliñar los posts con algo más de seriedad, aunque con ello nos priváramos de la posibilidad de hablar sobre el presidente cántabro. Como estos días La Marmitácora cumple un mes, sería buen momento para pedir vuestra opinión y recibir sugerencias, ruegos y peticiones.
No se. No se... Yo no había visto nada muy machito en los comentarios de mis colegas, pero será mejor castrarlos a todos y que Dios escoja a los suyos. O Diosa, vete tu a saber.
Por lo demás, vuestros asuntos políticos, estimados hermanos en Cristo, adolecen de un candor que me da un miedo tremendo. Es demasiado obtuso para ser real viniendo de vosotros. Luego, mentís. Luego, algo ocultais. Luego, en guardia he de estar. El tiempo lo decidirá, mis queridos izquierdistas...
Bueno, bueno... así que esto es un blog. Nunca había visitado ninguno, así es, me confieso un completo neófito, un total lego en el asunto. Así que, como todo principiante, supongo que no pillaré en seguida la dinámica comunicativa de todo este asunto. Aunque, tal vez no porque, por lo que he visto, será por la dispersión semiótica o por cualquier otra razón de peso, me parece que de lo que aquí se trata es de decir lo que a uno le salga de los cojones. Estupendo, en definitiva.
Por lo que a Evo Morales se refiere, cierto es que, aunque no se mereciese la vacilada de los de la Cope —quienes hicieron gala de un extremo mal gusto: incluso para un periodista—, la verdad es que dudo que le haya sentado muy mal, que el pobrecito se sienta dolido por el "racismo de la madre patria". Todo lo contrario. Le ha venido de puta madre. España le ha condonado la deuda a Bolivia (creo que unos trecientos millones) y... en fin, qué quieres que te diga, por ese dinero yo me dejo vacilar, deshonrar, humiillar, ultrajar y lo que sea menester en la radio, televisión, en el teatro, en plan pasacalles o como "performance" de David Copperfield. Y si a mí me daría igual, pues seguro que a él también: después de acaudillar campesinos cocaleros enfurecidos y mineros solicitando la nacionalización de los hidrocarburos (cartucho de dinamita en mano), pues como que el hombre fue haciendo callo.
Así que nada. ¿Estuvo mal?, sí; ¿fue de mal gusto?, también; ¿hay que sentirse abochornado?, en cierta medida. Pero tampoco es cuestión de rasgarse las vestiduras, tirarse de los pelos ni derramar cenizas sobre la propia cabeza.
Bienvenido, Catmando. Sepa que nunca es tarde para hablar de lo que a uno le sale de los cojones -le ha faltado tiempo para calar certeramente esta nueva modalidad comunicativa-. Pero al mismo tiempo hemos vuelto al tema original del post, describiendo un asombroso círculo que no lleva a ningún sitio, pero entretiene (y de eso se trata).
Así que añado leña remitiendo -a quien interese- a estas perlas recogidas por Escolar: signos de que la broma (que, en efecto, no ha causado ningún cataclismo diplomático) desprende (bajo las más obvias inclinaciones ideológicas) cierto tufillo de superioridad de clase y de raza.
Lo expreso con delicadeza para no ofender a ninguno de mis lectores: vaya por delante que yo no tengo ningún problema con tales planteamientos.
Yo lo que tengo es una solución.
Publicar un comentario