Un joven, que desde su infancia se sentía atraído por las piedras preciosas, decidió hacerse joyero. Inmediatamente se puso a buscar un maestro y fue admitido por el más famoso de ellos. El maestro, como primera lección, le puso en la mano una piedra de jade, le cerró la mano y le dijo: -Conserva tu mano cerrada durante un año. Adiós. Y despidió al joven. Éste volvió a la casa de sus padres con la mano cerrada sobre la piedra y muy descontento. "¿Cómo es posible -se preguntaba- que este maestro me haya pedido algo tan estúpido, tan difícil de llevar a cabo? ¿Cómo podré mantener la mano cerrada durante un año, sin abrirla un solo instante? ¿Por qué esa oeden basada en el capricho y que nada justifica? Sin embargo, a pesar de estas preguntas provocadas por el enojo, el joven, secretamente intrigado por la orden recibida, consiguió tener la mano cerrada durante doce meses, incluso por la noche, incluso mientras dormía. Cuando llegó el momento, regresó junto al maestro, abrió la mano y le dio la piedra. -¿Y ahora qué tengo que hacer? -le preguntó. El maestro le respondió: -Voy a ponerte una segunda piedra en la mano y la guardarás durante un año. Esta vez el joven estalló: ¿Un año más? ¿Por qué esa orden absurda, surgida del cerebro de un viejo idiota? Él quería ser joyero, ¿por qué no enseñarle la profesión de la forma conveniente? Mientras gritaba, el maestro le colocó en la mano otra piedra. El joven cerró automáticamente la mano y gritó de repente: -¡Pero esta piedra no es de jade!
Jean-Claude Carrière, El círculo de los mentirosos (Lumen, 2000)
La enhorabuena a nuestro querido Miguel por el premio y, sobre todo, por el libro que lo ha merecido. Es desconcertante ubicar el nombre de un amigo en tu estantería, justito entre Sade y Sallinger, ahí es na. Aquí va un aperitivo de su excelente poemario.
A veces ella duerme y en su respiración reposa el mundo hasta que llega el alba. La cobra de las horas silba y se alza orgullosa pero nunca se acerca si ella sigue dormida. Al fin llega la luz y yo gustoso ofrezco mi sangre a la serpiente a cambio de un minuto de sueño para ella. Después, al despertarla, vemos juntos huir a nuestro reino de desconcierto y sombra como hormigas de tinta en la tormenta.
Un temazo de Jarvis Cocker, con el que amanezco últimamente. Reproduzco la letra, que es pa' leerla.
Well did you hear, there’s a natural order. Those most deserving will end up with the most. That the cream cannot help but always rise up to the top, Well I say: Shit floats. If you thought things had changed, Friend you’d better think again, Bluntly put in the fewest of words, Cunts are still running the world, Cunts are still running the world. Now the working classes are obsolete, They are surplus to societies needs, So let ‘em all kill each other, And get it made overseas. That’s the word don’t you know, From the guys thats running the show, Lets be perfectly clear boys and girls, Cunts are still running the world, Cunts are still running the world. Oh feed your children on Cray fish and Lobster tails, Find a school near the top of the league, In theory I respect your right to exist, I will kill ya if you move in next to me, Ah it stinks, it sucks, it’s anthropologically unjust, But the takings are up by a third, Oh So Cunts are still running the world, Cunts are still running the world. Your free market is perfectly natural, Or do you think that I’m some kind of dummy, It’s the ideal way to order the world, Fuck the morals, does it make any money? And if you don’t like it? Then leave. Or use your right to protest on the street, Yeah, use your rights but don’t imagine that it’s heard, Oh no no, Cunts are still running the world, Cunts are still running the world.
No podría expresarlo mejor. Ilustración de Mark Bryan.