martes, 29 de noviembre de 2005

Alunizamos

Un discreto click para el autor (que no implica avance alguno para el resto de la humanidad), y está hecho: habemus bitácora.

Ni al alba, ni con viento de levante (pero por qué esperar a las condiciones atmosféricas de los grandes momentos históricos): declaro inaugurada La Marmitácora, bizarro artefacto transgénico alumbrado por la intervención de la tecnología (véase bitácora) sobre ese arcano receptáculo de pócimas, brebajes y otros bebedizos.

Bienvenidos.